Un nuevo mes (ep 3)

Octubre empezó hace ochenta minutos y yo empiezo el mes escribiendo en BBEdit, porque así como existen usuarios de Linux que van de distribución en distribución (los llamados distro-hoppers) yo hago lo mismo con los editores de texto. Ya lo habrás notado, querido lector, desde aquellos días en que os platicaba de un programa que recién descubría llamado Bean. Tan solo en los últimos meses he escrito la mayor parte de este blog en Emacs, un editor que jamás había usado antes de este verano.

Descubrí que Emacs también corre en Android, así que esta semana he aprendido a configurarlo en mi tablet. Durante estos días he escrito mucho con la intención de compartirlo por acá, pero de alguna manera lo que escribí no terminó de convencerme. No supe bien cómo contarles de mi Galaxy Tab S7+, me da un poco de pena (en el sentido mexicano) pensar en que los aburriría contándoles algo tan ñono, pero la verdad es que me gusta mucho la idea de usar una tablet (con la cubierta con teclado) para hacer alguna «obra» (en el sentido más pequeñito de esa palabra).

Pero todo eso se queda en fantasía. Mi constante regreso al software de Mac cuando debo escribir algo importante confirma que la idea de escribir en una tablet sólo me gusta como un concepto abstracto de mis sensibilidades estéticas y para nada como algo práctico. Es como comprar boletos de avión. Es una actividad que se hace en el ordenador, no en el celular...

He dejado BBEdit y vuelvo a Emacs.

La idea anterior se queda a medio camino porque he decargado un theme que hace de Emacs un programa hermoso. Wow... ¡qué ganas de escribir por acá! La cosa es que ahora entiendo más de Emacs y poco a poco me vuelvo más hábil. Emacs es un software muy confuso, y mi problema (creo que aludí a esta idea en los borradores que dejé en mi tablet) es que tiendo a querer entender un sistema por completo antes de usarlo.

Eso me pasó con Ruby on Rails –no me sentí lo suficientemente bueno para realizar grandes proyectos hasta completar una versión sencilla de los mismos en PHP y Sinatra— así sentía que entendía los componentes y por tanto la utilidad de un framework como Rails. Y sí, tiene gran valor saber cómo funciona cada elemento del sistema, pero vi una charla de una conferencia de PHP que me gustó mucho en la que el presentador exhorta a la audiencia a confiar en el framework y así seguir avanzando con sus proyectos. Un framework es una herramienta y se aprende con el uso, no con rodeos teóricos ni tratados al respecto. No hay como urgar entre el código fuente de un programa para entenderlo, y de la misma manera no hay como escribir el código fuente de tu programa para crearlo.

Apenas son las 2:24AM y ya me está ganando el sueño... hoy hablé con K por teléfono durante casi tres horas.

Hasta aquí el episodio de Conticinio de hoy, iré editando el post para añadir enlaces donde hagan falta.

¡Muchas gracias por leerme!

Categoría: Conticinio