Otra gripe y la percepción de la depresión

Una vez más despierto con problemas respiratorios. Es evidente que ya no puedo seguir fumando, al menos no mientras mi cuarto esta lleno de polvo. Ya que lo termine de descombrar otra historia será. En esta ocasión tengo flemas y una intermitente congestión nasal.

Tuve una interacción con mi hermana que no me gustó. Mientras me preparaba un té de manzanilla para suavizar la garganta, le pregunté si estaba enojada en múltiples ocasiones porque continuaba ignorándome, y ella respondió que no podía seguir preguntándole o diciéndole lo mismo. Es como si yo te dijera «estás deprimido, estás deprimido», dijo. Por supuesto, ya no estoy deprimido, aunque pasé gran parte del año en ese estado. Aunque me gustaría ignorar su comentario, debo admitir que me dolió.

Ahora me preparo para ducharme. He estado anotando cuando tomo las medicinas. No es nada como la vez pasada, esto es mucho más leve, por eso sé que se debe al polvo y no a algún tipo de infección. Mis síntomas casi desaparecen cuando no estoy en mi habitación. Curioso…

Ducharme me trae tranquilidad y puedo respirar más fácilmente.

Anoche antes de dormir leí La gallina degollada de Horacio Quiroga. Me impactó mucho. Creo que yo la había leído, pero quizá no con el detenimiento de ayer. Un gran cuento de terror, sin duda. En este mes me gustaría leer más cuentos de terror.

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