Salida con amigos
viernes 12 septiembre 2025

Ayer por la noché salí con Gael y Coleman. Fuimos a un bar irlandés donde estuvimos platicando por horas. La última vez que nos vimos fue hace cuatro meses en un evento de startups el 16 de mayo. En aquella ocasión escribí esto en mi diario:
La noche de ayer salí con Gael y Coleman. A Coleman no lo veía desde octubre del año pasado en una fiesta de Halloween que ni siquiera recuerdo. Todos hemos cambiado. Nuestra química es diferente. Me resulta dificil socializar. Me canso de estar rodeado de gente.
Leer eso me pone triste. Ese día la pasamos bien, aunque quizá había pasado tanto tiempo desde que nos habíamos visto que tardé en sentirme a gusto compartiendo cosas de mi vida. Creo que influyó habernos visto en el evento de startups, no me gusta la energía que se genera en esos entornos. Los fundadores tienden a ser vendedores de humo y los inversionistas se vanaglorian por tener plata. Repudio la hipocresía, moneda de cambio para los oportunistas de esa calaña.
También me afectó haber estado deprimido en ese época. Yo sé que en estos momentos aún no he alcanzado mi mayor potencial y a veces pienso que eso desilusiona a mis seres queridos. Admiro a mis amigos como si fueran mis hermanos mayores. Ellos tienen fe en el gran potencial que ven en mí... y no he logrado explotarlo al máximo.
En fin, ayer las cosas fueron diferentes. Coleman vino por mí a mi casa y estuvimos platicando de uno de nuestros conocidos y de su novia. Al llegar al bar le di un abrazo a Gael y hablamos del evento que ha conmocionado a mi generación...
Comí un sándwich de pollo asado y me tomé una cerveza Guinness. Gael se tomó dos y Coleman comió nachos. Hablamos durante tres horas del trabajo de Gael (piensa dejarlo pronto), hablamos de política, de mi familia, de sus amigos... nos contó de su viaje a Colorado para visitar a la familia de su novia. Coleman, por el contrario, no compartió casi nada acerca de su vida personal y ahora sospecho que es él quien está pasado por una mala racha de depresión. Tanto así que le dije que fuéramos al gimnasio este próximo martes. Creo que nos hará bien a ambos.
Gael me compró una pluma de marihuana y fumé un poco después del bar. Fuimos a un billar y jugamos tres partidas. Cada quien ganó una. Estuve tan cerca de ganar dos veces... pero en mi primer juego metí la bola blanca en la ocho jajaja.
Teníamos tantas ganas de seguir platicando que cerramos la cuenta en el billar y salimos a platicar y a echarnos unos cigarrillos en la calle (una interacción que es posible gracias a que el clima ha mejorado). Hablamos durante mucho tiempo de uno de mis proyectos que ha tenido un moderado éxito en internet. También platiqué de este mismo blog, el cual me ha hecho mucho bien porque me ayuda a desahogarme y me genera una leve adrenalina saber que mis escritos son completamente públicos y aún así no llevan mi nombre.